Las tecnologías digitales nos hacen creer que a la larga podremos liberarnos del desdeñado cuerpo. Buscamos refugiarnos de su deterioro en el espacio virtual y tratamos de corregir defectos genéticos manipulando el ADN. No es casual que la ciencia haya evolucionado en este sentido: ya Platón creía que la corrupción del cuerpo nos impide alcanzar las formas más altas del conocimiento; el rechazo a la carne pecadora se incorporó en el cristianismo, y sobrevive en la cultura que creó las comunicaciones digitales, la bioingeniería y la energía atómica. En esta obra, Yehya comenta las tecnologías destinadas a mejorar el cuerpo y que supuestamente en un futuro nos permitirán superar nuestra condición mortal.