Ezequiel y Gonzalo viajan con sus padres al país de origen de Roberto (su padre). Es un lugar que desconocen, un mundo extraño para ellos, porque Roberto nunca ha querido volver desde que salió huyendo de allí diecinueve años atrás, y si lo hace ahora es porque su propio padre (Ricardo Ocaña, el abuelo de los chicos) está gravemente enfermo y a punto de morir.